• La Fiesta

    LA FIESTA

    Con más de dos siglos de historia, la Fiesta de La Tirana es la tradición más atractiva del norte de nuestro país. Baile, música, religión, rito y milagro son algunos de los tópicos que hacen de esta celebración religiosa un patrimonio intangible inigualable en la región.
    Lejos de ser un pintoresco carnaval La Fiesta de la Tirana es una ceremonia con carácter sagrado, que en su conformación incorpora los albores de la cosmovisión andina, la religión y costumbres acuñadas de occidente, los procesos migratorios y la conexión del hombre con el místico entorno  del desierto.

    A mediados de julio, entre el día 12 y el 17, el pequeño poblado de La Tirana convoca a miles de peregrinos chilenos y extranjeros, que cruzan mares y montañas para reunirse en medio de la Pampa del Tamarugal, para pedir y celebrar a la Virgen del Carmen, la madre del desierto.

    Turistas, fieles y múltiples cofradías de bailes llegan en cuanto medio de transporte hay, inclusive a pie para pagar las mandas y rendir culto a la reina del altiplano. Así, el que es un pequeño enclave del desierto se llena de comercios locales provisorios, campamentos y hostales. Mientras la Iglesia de Nuestra Señora de Carmen de La Tirana y su imagen de la virgen esperan, ornamentadas de gala, sus visitantes.

    • Y allá estaba la Virgen, La Tirana, en un altar de una de las capillas laterales de la amplia iglesia de tres torres, engalanada de sedas, monedas y billetes, exhibiendo sobre el cuerpo de piedra las riquezas que el culto y la fe de tarapaqueños de todos los cantones, bolivianos, peruanos, bolivianos e indígenas, le brindaban en el día del Carmelo. El niño, también, y la efigie del pastor que la descubriera, lucían sus ofrendas valiosas.
      (Guzmán, 1963, p. 168).

    • “Idéntica transculturación se viene forjando en Tarapacá
      y Antofagasta con la contribución quechua y aymará; su
      pentafonismo se desvanece con la acción corrosiva de
      criollismo chileno y se alista entre nuestros valores
      vernáculos. De esta manera el repertorio de La Tirana
      presenta tres categorías: chileno neto, quechua o aymará
      chilenizado o boliviano puro...”
      (Uribe, 1973, p. 81).

    • Los indios sentían por la pampa un respeto religioso, Pampa y cordillera eran para ellos expresiones telúricas de una misma divinidad. Allá las dentadas moles, aquí sus llanuras, allá sus dioses monolíticos y temibles, acá sus dilatadas sábanas de arena, protegiendo y aislando los pies de los volcanes, de los extraños y maldadosos hombres de las llanuras costeras (González, 1954, P. 49).

    • "UNA VEZ MÁS, COMO TODOS LOS AÑOS, COMO LO HEMOS HECHO EN EL PASADO Y COMO ESPERAMOS HACERLO MIENTRAS VIVAMOS, NOS REUNIMOS EN ESTA TIERRA BENDITA, UNIDOS POR LAS PROMESAS, UNIDOS POR LA HISTORIA, PARA ENCONTRARNOS CON EL SEÑOR EN LA CASA GRANDE DE MARÍA, SU MADRE".

      (Franklin Luza, 2012, Tirana)