Este hecho es uno de los más importantes, en cuanto a la comunión de las organizaciones de bailes religiosos y la Iglesia. Relación que hasta la fecha se había mantenido algo desvinculada, de hecho se habla de una autonomía de la Fiesta de La Tirana con respecto al clero. Al conformarse la Federación de Bailes Religiosos, en reconocimiento y trabajo en conjunto con la Iglesia Católica, se re sitúa esta celebración religiosa, que hasta entonces era considerada por muchos como una manifestación popular pagana, proveniente de los credos autóctonos de la zona.
El Concilio Vaticano II provocó la apertura de la Iglesia, esta nueva mirada sumada a la presencia del entonces obispo José del Carmen Valle y la acción del Padre Ramiro Ávalos dio paso a que se iniciara un camino de encuentro entre clero y los bailes religiosos. Es muy importante la gestión que realizaron los dirigentes de las distintas asociaciones, entre ellos Don Humberto Morgado, primer Presidente de la Federación de Bailes.
Es así como el 2 de julio de 1965 fue trascendental para el futuro de La Fiesta de La Tirana. La creación de la Federación de Bailes Religiosos es el punto más concreto de expresión popular y la Fe de la Iglesia.
La Federación se creó con la misión de agrupar a todos los bailes religiosos asistentes a la Fiesta del Carmen, permitiendo la participación equitativa de todos. Desde la década de los sesenta los bailes concurrentes a la Fiesta de La Tirana han crecido de manera considerable. Si en los años cincuenta los bailarines eran unas 4.800 personas, para 1980 el número de danzantes ascendía a unos 10.550; en los años 90 se estima que bordeaban los 18.000 y hoy se estima que son más de 30.000.