• 1768 Huantajaya Intensa

    En 1718 que se reinicia la explotación del yacimiento de Huantajaya, labor a cargo de Bartolomé de Loayza. Tarea que se consolida en 1727 con las técnicas de beneficio, traduciendose en una fase de esplendor para la zona, vitalizando Iquique como puerto de abastecimiento y embarque de plata y a Pica como centro de aprovisionamiento.

    No obstante, el periodo más intenso fue cuando la lixiviación del mineral se realizó en la misma Huantajaya o en buitrones (obraje donde se lixiviaba el mineral) de la pampa, en el entorno del actual pueblo de la Tirana. Lo que obligó a levantar la azoguería de Tilivilca en la quebrada de Tarapacá.

    De este modo, en aquella época, los símbolos de estatus eran tener una faena en Huantajaya; poseer tierras y buitrones en La Tirana y residir en los poblados de Pica o Matilla. Es así, como en este periodo la economía de la región se concentró en proveer al centro minero de Huantajaya e inclusive a Potosí. Es de esta forma como la producción agrícola de los valles y oasis se dirigió a ambos mercados, incluyendo la producción de vinos que se obtendrían en los lagares de Quisma, Matilla y Pica, donde el principal productor fue Basilio de la fuente. Asimismo, la mayoría de los valles se transformaron en proveedores de forraje para los mulares

    En los periodos del climax de Huantajaya se solía llevar agua, leña y vituallas de Tarapacá y Pica, incluso del Tamarugal a lomo de mula. Pero alrededor de 1768 los propietarios de las minas de Huantajaya decidieron intensificar los envíos de cargas de mineral al sector de los pozos del Tamarugal. En especial por los bosques vecinos al pozo de Guagama, para elaborar y fundir el metal junto a una zona con recursos de alta calidad.