Muy importante fue la labor de personajes particulares en la construcción del culto religioso en la zona del Tamarugal. Entre estos, encontramos la historia de Don Basilio de la Fuente, un minero y hacendado devoto del Carmen. Que construyó su propia capilla en Pica y más tarde en su mina Pozo del Carmen.
Este hombre era uno de los más ricos del territorio, y desde San Andrés de Pica, administraba sus negocios basados en las minas de plata, entre las cuales contaban las de San Agustín de Huantajaya, San Lorenzo de Tarapacá y el Tamarugal. A su vez, era un ferviente católico que daba de comer a cuanto forastero lo necesitaba.
Si bien vivía en sus casas solariegas, un tiempo debió radicarse a Huantajaya por su nuevo puesto de “Diputado de Minería” y se cuenta, que muchas veces el regalaba los espejito que adornaban la parafernalia de los bailarines de las pulperías.
Su don religiosa, lo motivó a construir la iglesia de San Andrés de Pica, en la cual su amigo, también devoto, Matias Sotó levantó una torre de cal y piedra con su campanario recién fundido. Además, de la Fuente erigió una capilla en Huarisiña y construyó la magnífica catedral de San Lorenzo de Tarapacá. Ordenó la construcción de la Iglesia de Santo Thomas de Camiña. Y luego del terremoto de 1768, recompuso muchos de los templos derruidos.
Se dice que el antiguo templo de La Tirana fue el que él construyó para su mina de Pozo del Carmen.
Su muerte en 1774 se anunció en todas las iglesias y capillas de la región.