• 1535 Diego de Almagro en Chile

    La historia de la Tirana, nace fruto de la conquista de América en mano de los pioneros Españoles. Los europeos, en su mayoría poseedores de un prestigio alicaído venían en busca del oro, la fama y el poder. Mientras que la corona hispana auspiciaba la empresa con el fin de ganar la tierra y fortuna indígenas. Sin embargo, los hombres y mujeres que vivían en los desiertos, pampas y selvas sureñas no eran la parte más feliz del plan celta. Por tanto, la reina ibérica sabía que para proceder, los pueblos autóctonos debían estar de su parte, de otro modo, sin más habría de proceder a una guerra, violenta y descarnada. He ahí la labor evangelizadora en el territorio.

    Diego de Almagro, fue en Chile el primer adelantado. En julio del año que mencionamos, salió del Cuzco rumbo al sur con 550 españoles y 10,000 indios del Perú. Entre los autóctonos, que lo acompañaron secuestrados, se encontraban los dignatarios incas: principe Paulu Inquill , Huillac Uma sacerdote del sol y la pequeña Ñusta Huillac, una brava muchachita hija del inca místico.

    La historia de La Tirana pronto habría de comenzar.

    La caravana de Amalgro a Tupiza logro llegar, allí dos meses se quedaron a descansar, para poder planear el resto de la expedición. Continuaron a Chicoana y desde allí, atravesaron la cordillera de los Andes rumbo al "Chili". Muchos soldados españales enfermaron por el crudo frío de la serranía, pero los nativos caminaban descalzos y por lo mismo, miles de ellos fallecieron entumecidos.

    A la altura de Atacama la Grande, más tarde Calama, La “ÑUSTA”, de sangre Tahuantisuyu soberana, junto Huillac Huma, se desprendió sigilosamente del Ejército Español con algunos indígenas, huyendo hacia la provincia de las Charcas. Al alcanzar la región de Pica, la hija Huillac, seguida de un centenar de Wilkas, se escapó también de su padre, hacia un bosque de tamarugos y acacias silvestres, donde se refugió.

    El 21 de Marzo de 1536 Almagro llegó al valle de "Copayapo", hoy denominado Copiapó. Luego avanzaron hacia el sur para instalarse en el valle del Aconcagua. Desde allí, Almagro con una expedición al mando de Gómez de Alvarado se enfrentó por primera vez con el pueblo araucano. Cerca del río Itata, en la batalla de Reinohuelen Almagro fracasó y sin riqueza alguna, al Perú regresó.